domingo, 28 de febrero de 2010

Los rituales de una bestia


Un amasijo de carne amorfa
a base de supervivencia obtiene
carta certificada en derechos humanos.
Pasa muy cerca del sitio donde deduzco
opciones imprecisas a la fuerza de gravedad.
Vierte propiedades tóxicas al aire
y sazona en rituales secretos
algo parecido al tejido que recuerdo
tenía mi dignidad.
Por la convención de Kyoto
obtuvo además permiso con vigencia renovable a noventa días
de canjear flatulencias por amor.
A qué grado de amnesia llega el espejo.
Con cuánta inconciencia le extiendo dos latidos y medio
(Parte por ejercicio de piedad, parte por loco).
Ahora que en la bolsa de valores
los gases están a la alza
niega mi pertenencia a lo humano
y exige a mi angustia, al menos mil por ciento más.
Tengo que contarle cuentos por las noches
jugar póker por mi resto, día tras día
y si no puede dormir
obligado estoy a develarle
mis mas oscuras fórmulas creativas.
Anhelo con fuerza el retorno de los tiempos
donde se podía morir con mayor decoro.

lunes, 22 de febrero de 2010

Mercader


Torta de cabellos
Y lengua con hueso
¡Pase!
¿Y el amor?
Uhmmm
Me llega el martes...