miércoles, 5 de mayo de 2010

Del poemario Antología de lo inédito (25 ejemplares mas sobrantes para reposición)


Lo que hay que hacer para dar de comer al cerdo que encarno
Anhelante voraz de margaritas dispuestas a la complacencia
Robar al mendigo y matar sus restos de reputación con plomo
Mediante el ejercicio de la farsa que antes, vidas acaso
Me llevaron a la aniquilación, para estar aquí de nuevo
Alma en reproceso condicionado a la mejora continua
Desciendo al arcoiris en busca del jarrón de oro
Y despojo al duendecillo de lo que presume suyo
Hace rabietas y me declara non grato al reino de los encantos
Valentía desfigurada en el gesto con orgullo de misión
Vengo cargando colores y formas a crimen obtenidas
Vendo cajas de muerto y cruces de madera a saldos
Todo por unos cuantos grumos, indispensables al pincel voraz.

He visto como se arrojan los puercos a la carne rentada
Les concedo el privilegio de pecar a razón de privilegio
Guiñan los ojos mis nocturnas compañeras desde sí
Hacia nuestro particular enfoque de canibalismo y desde mí
Hacia la presa de ambos que arroja perlitas nacaradas
A cambio de aplausos por la sufrida resignación anti-amor.

Arrojarse a la carne rentada como puercos
Arrojarse a la degustación del elixir dionisiaco, como puercos
Arrojarse a la invasión de Afganistán, como puercos
Arrojarse al lloriqueo de la culpa religiosa, como puercos
Arrojarse a la posesión de fango de un metro por dos, como puercos
Arrojarse a la competencia laboral de a peso el minuto, como puercos
Arrojarse a la adquisición de oídos configurados en Singapur, como puercos
Arrojarse a la palabra de un bardo sagrado, como puercos.

Mueven la cola como si fuera el motor que les proporciona olfato
Para registrar a cabalidad todo resquicio de fecalidad
En las adquisiciones del domingo por la tarde
Precedente darwiniano erróneo, humano certero
Cuanto amo a los puercos que en sus hocicos llevan mi nombre
Y en mi encarnación del pasado, reverdecen…