I
Yo no soy nadie,
invento cosas insanas
para gente inexistente,
dejo extrañas recetas
en las cocinas de los chefs
que no aparecen,
y lamento que por nada
entre muertos se me aplauda.
No soy tan nada
que me hago perseguir
por dinosaurios florecidos en el huerto
disfrutando de semillas disecadas.
Pero al cabo de palabras de azadón
me deduzco en un sistema
de inconsciencias colectivas.
Míralo aquí, ¿en qué caso te convenzo?
en el ser un niño topo
que se surra del cerebro
como pico de avestruz bajo la tierra.
Míralo allá,
donde tanta gente cuerda
se dedica a estructurar
sanas nostalgias
de su estúpida virtud
al ser palabra verosímil.
¿Qué merezco ante el bochorno
de la gente que se escapa de mi cirio
cuando velo el dorso negro del juguete
que me trajo el año nuevo?
Nada (tal y como yo vencido),
siempre nada.
Cuento que mi historia cuenta
cuando éste sueño repulido,
se estropea de mis propias afecciones.
Pero mira aquí hay un grillete,
nuevo recién hechecito para ti : palabra.
debajo de tu huesecillo
de la pata flaca de tu izquierda
un esférico de gas que te levanta
hacia la nada que es el cielo
y te envía hacia el lugar
donde lo habita todo.
Te lo juro que hay todo
inexplorado pero todo.
Y aunque a fin de cuentas para ti no hay nada:
ahí te lo dejo.
II
Te voy a explicar un redondel de cuarzo
siempre vibra al mismo paso
como la rima antigua ¡qué asco!
y aunque caigo por herencia en los excesos
déjame consolarte con la prosa.
Válgame la virtud ajena al mundo
para ser entre montones de renuncias
una fuente de colores
desmintiendo su poesía.
Te cuento del valle donde abunda la casa de los pobres
desde ahí deduje el cielo verde
que asomaba en el destino.
Un transparente charco de ajolotes resurgía en mis haberes
la esperanza de no ser la especie que se quede con el mundo
y por tanto me da asco
la palabra ecología.
Como Macario
me entretengo en el garrote que obedece
a la salida de las ranas,
Pero no solo las ranas se aparecen;
Llegan entre otras formas,
las entrañas de la tierra
que me exhiben su vagina
(como la más terca tragedia de su historia).
¡Ah! Qué ensordecedora gloria
de erotismo terrenal.
Hasta dan ganas de ser sol engullidor de lunas.
Por que has de saber
que la luna es una eterna concubina de la tierra.
Por eso se aleja el sol “por puros celos”.
Por que la tierra es una zorra bisexual
y la luna nomás se deja querer
pero tan bella y tan sola
y tan traicionera que no es nada.
III
¿A dónde se van las palabras
cuando callamos?
Se entretienen en una nube indecorosa del fin de siglo
para llovernos el traje recientemente planchado del domingo.
Déjame aconsejo te suicides;
finalmente
nunca dejarás de ser tu mismo.
Al mismo tiempo que te exhibes
ante el mundo como un viejo puritano
que ha perdido mucha piel
como las víboras.
Finalmente
nunca serás tu mismo;
el proceso de la vida
es una muerte eternizada;
dicen que el polvo de la alcoba
es en toda su composición
tu piel que se ha caído por ser vieja
¿entonces?
¿dónde estás?
¿en el vientre de los ácaros
que te bendicen
como un dios que se ha matado
para que ellos se sigan siempre viviendo?
Toda Célula viviente
se suicida por información genética;
de lo contrario
te jodiste por que es cáncer.
Nunca serás tu mismo;
déjame imaginarte
más allá de tu propio cuerpo.
Déjame explorar tu mente
cuando vives conformado
sin saber que estas viviendo.
Quien sabe por qué te vives
pero lo aceptas sin ninguna pretensión
¿A qué chingaos vinimos?
¿Por qué cogieron nuestros padres
en abril o en marzo
o en octubre o en febrero o en diciembre?
¿Por qué no fue en Tijuana o en Madrid o en Estocolmo?
Pinche vida tan doliente
que os permite el existir
sin preguntaros ¿a qué pitos?
Sin deciros
por qué mendigos transitaron vuestros genes
o transitarán después.
IV
¿Ya entendiste
por qué nadie es mi placer?
Por que permanezco solo
mientras dejan que me exista.
Por que sobran las virtudes
de las formas de la vida
que en piquete por el mosco,
que en amor por la mulata;
que en deber por el patrón,
que en poesía por el concurso;
que en traición por el molusco
de los amistosos miembros
me deducen en un fino manantial
de lo que supongo ser.
Por eso mejor no escribo.
Callo los dedos y la pluma.
Me acabo por disgustar
en una brecha del cuello
donde sale el fino néctar del licor.
¡Ah! Qué terca tan poesía flagrante
que se encuentra sola
en una alcoba iluminada
por bujías alimentadas del calor
del siempre amigo alcohol.
Para dejar atrás toda necesidad
carente de artificialidad.
Bendito mundo de lo al fin y al cabo
del trasfondo gris
que se desnuda en lo virtual.
En lo que no existe y no pregunta
que si nada y que si el choque y que si el bueno.
Es para eso que me tienes
en tus trazos amarillos ¡perro!,
esos que de instinto vas dejando
en las esquinas y en los postes
como prueba de que ahí se calculó tu territorio
sin saber que loco terco
te rodeas de inmensas cárceles
color vainilla.
¡Vida de nada!
Vida de miados,
Vida de miedos e indelebles transparencias...
V
Qué tiernas canciones
escurren las ventanas de mi vecindario.
Apestan tanto
que enloquezco de olores insanos
y me robo para mi mismo
no existiendo para ellos,
tronando resquicios
de lo que un día pude ser para sus ojos.
Un dizque político
antiguo conocido viene y toca
exigiendo mi confianza calculada
entre las copas que ofrece
al sí de mi cuerpo adormecido
y mi voluntad erecta de sudores ebrios.
Pretende persuadirse
que su golpe está en el clavo.
Imagina si te abrieras como cofre,
para capturar latidos de esperanza
que le sirvan al flacucho candidato a diputado,
Aventúrate tocando puertas
y espantando a los vecinos
como alma del que antaño
lo tenían por muerto.
¿Crees que habite en el disfraz
del hablanchín proselitista
cuando me han tenido a raya
en su dichosa costumbre de mentir
desde antes que naciera?
(setenta y algo de años
cuenta mi pueblo donde pueblo indiferente).
Cuentan que fueron robados “los pobrecitos”
robados de su extensa incalculable
capacidad de pensar y dejar en manos de la nada
la espantosa labor por decidir y conducir la nave
de la esperanza hueca que forma
la tragedia de un pueblo imbécil
dormido y asustado que termina aplaudiendo
el proceso del canibalismo armonizado
al compás de esa comedia electoral
tan bien oculta por la cumbia.
VI
Qué cruda más espantosa,
se va apropiando de mi espalda
con el peso de carroñas
que he cazado a diversión
en la inconsciencia del ayer,
apenas antes de hoy.
Hoy que parece nunca,
nunca que quisiera parecer ayer.