viernes, 17 de septiembre de 2010
A los héroes que nos dieron patria
La bruma impregna mis párpados
En el despertar de esta montaña
Levitan mis horas
Caen en ellas vuelos de sábanas y sueños de reposo
Ruinas de cabezas de pescado
Cúmulos de gritos abandonados bajo la alfombra
Máscaras de llantos de las doncellas abolidas a nombre de Huitzilopoztli
Rezagos de los héroes modernos
Alta costura unitalla para los abnegados desnudos
Columnas de un país milagrosamente vivo
sobre espaldas de autoflagelo quincenal
Cerebros de conserva, espíritus para los días de asueto
Trabajo, trabajo, trabajo
para los muertos de hambre
coche a cómodas mensualidades
para los herederos del pecado original
Robo, robo, robo
Derecho de piso a los conformes (auténticos héroes)
Para los herederos de la riqueza.
Vino a mí, apenas despierto
Me dijo su odio
Me regaló un reloj despertador y una corbata
Me suplicó un silencio prolongado a costa de mi aliento
Me dijo de su sacrificio (muy respetable)
Vino al mundo, dijo
Se olvidó de si mismo para colaborar en un proyecto nacional
de veinte familias multimillonarias
a costa de la miseria de su corazón
Vino y se bebió conmigo un tercio de sus vales-despensa
“Usted perdonará mi falta de aprecio por sus letras
yo soy la encarnación misma de la responsabilidad
trabajo, pago los impuestos más altos del mundo
vivo al día, por la resurrección de los muertos”.
Por esta noche escurridiza maúllo en tejados
Caen las primeras gotas de los furores patrios
Mis nasales olfatean ligeros rumores de pólvora
Duermen los cautos la fiesta del bicentenario (de quién sabe qué)
Ruinas de humanos almacenados en casas de cajas de zapatos
aportan la gota que desborda el vaso de mi elíxir solitario
De mi garganta mana el lenguaje de la llorona en códice felino
Restrego los ojos lunares a los muros para provocar al sol
Ese maldito anémico también duerme
Desfilan resquicios de sus rayos descarriados a mis pies
huérfanos de su origen diurno cobarde
Pávido soy a juicio de la bestia de los millones de párpados
Mi traje es de noche y no lleva inscrita la tentación obrera
Desollar mis entrañas permite no servir de carnada
Des-oír mis entrañas permite no servir de nada
Amén del rescate ligero de ciertas cosas de poca importancia social
esenciales absurdas para mis yoes
Coloco flores de cosechas nocturnas en la solapa de mi cerebro
Ocio, ocio, ocio
para el vaticinio de mi neuronal aurora
Inversión a largo plazo
para la negociación con Mefistófeles
Amor, amor, amor
estoy para mí y en mí, desaparezco, me fundo en el todo
racimo de un vuelo sin prejuicio de propiedad privada
regalo piecitos de noche
(campesino de clóset)
botones de versos adheridos al musgo de los muros
por el mero gusto
sin fines concretos de misión o lucro (que es lo mismo)
por el recuerdo de la boleta de empeño de un porvenir
tan cercano como la náusea de los cautos
por las perezosas resurrecciones de sí mismos
a costa del escalofrío que me provocan los masoquismos
llegué a su festín de mariachis y tequila
“Ustedes perdonarán mi falta de aprecio por las telarañas de sus vulvas
soy la encarnación misma del agua dulce
Hago orificios por doquier, convierto a las pulcras sequías
en felices putas, sin apego tangente a las leyes del concubinato
muero en sus lechos, viajo en sus mares, cual Quetzalcóatl
he de volver algún día”.
Físicamente mi vuelo se justifica en el viento
Un equilibrio sorprendente en el fluir por debajo me lleva hacia arriba
Floto con la presión atmosférica en niveles de comprensión incoherentes
La ley de Newton se olvida temporalmente de mí.
Con cierta rareza de un futuro desdibujado me mantengo en vuelo
Contrapeso de un pasado histórico equidistante
Resuenan las campanas de dolores de anteayer
Rumorean los grillos desde el presentimiento del mañana
Caigo.
Con cierto esfuerzo de mis alas fracturadas me mantengo en vuelo
Contrapeso ante el vivo rencor de un pasado en suspenso
Sombras de centauros desfilan por las bocas diarreicas del coro indigente
Un sabor a sal de mares extintos llega a mi lengua por el ducto del futuro
Caigo.
Los héroes que nos dieron patria vinieron desnudos
Emulando la comunidad contigua a su tiempo
Para confundirse entre al barullo que les grita ¡urras y vivas!
Beben tequila y vomitan
prefieren un poco del almíbar de los frascos
en que reposan los cerebros contemporáneos
saben a carne de cañón (suculento plato fuerte para todo héroe consagrado)
Guerra, guerra, guerra
para los monumentos embadurnados de excrecencias de palomas
preferentemente en términos de actividad que de himno
Olvido, olvido, olvido
toda conformación de patria termina
en libertad para ejercer la amnesia, libres de no pensar y recordar
Hidalgo, Vicario, Zapata, Flores Magón, el Pípila
me regalan ésta noche libertad para aturdirme
Tienen la extraña capacidad de sentarnos en hipócrita paz
Al poeta, al obrero, al vendedor de seguros y al turista suicida
No al político, ni al magnate, ni al sacerdote, ni al cerdo
para quienes el quehacer auténtico se encuentra en latitudes metafísicas
Te juro que me hablaron a coro los mentados héroes:
“Ustedes perdonarán nuestras miopías, sentamos las bases
para la autentificación de la miseria, para el registro civil del chichimeca
pero al ver las consecuencias en el vulgo aquí presente
confesamos que de haber sabido, claudicamos.
Si la amnesia del pasado los persigue,
suplicamos, olviden también nuestros nombres
y que en paz descansen”.
Aturdirme sin recato es necesario al pensamiento
al igual que un dulce Laigt mentolado a mi reserva de calorías
Enciendo la tele e imagino que pienso
Imaginan por mí y pienso que imagino
Lucecitas atomizadas de infusiones de sed
Carroña de marca registrada a precios accesibles
Moral de un ventrílocuo rentado para entretener
a todas luces muere de hambre
Es un tierno ejemplo del éxito humano
Huele a cocaína remojada en maquillaje líquido
Todo sea por replicarse en millones de ojos catódicos
Tin ton y lagrimita asesinan a viruta y capulina
Luzcuerito protagoniza la masacre de cerebros en sillas de ruedas
La crema de la intelectualidad organiza un reality show
de muertos de hambre con aspiraciones de explotadores de sueños
Efímera posesión de la esperanza
Desnutrición mental por ellos amasada históricamente
“Gula, gula, gula “
Tributo obtenido por el arte de la persuasión
Para los oficial y convenientemente procurados jodidos
Viene empuñando una rosa
Lolita Ayála asegura que México es un país enfermo de hongos de pies,
de trastornos gastrointestinales y hasta de almorranas
Aparece luego la infalible solución médica abanderada por el burro banrraqui
para después, dar rienda suelta a promociones de alimentos grasos.
“Codicia, codicia, codicia”
Derecho reservado para los nuevos científicos porfirístas
Héroes a todas luces, así reconocidos por los krauzes
Vinieron a mí
Para tal acontecimiento fue necesario el despojo de tierras a 400 pueblos
Necesarios para la edificación de una sala de juntas con yacusi
Estacionamiento para 8mil guaruras y doscientos helipuertos.
Parecían contentos entre sí, tan parecidos, como hermanos
Unos eran Narcotraficantes, otros representantes de dios en la tierra,
Otros, representantes de la voluntad popular y desde luego,
Dueños de las telecomunicaciones y bienes anexos, es decir, del país entero
Llegaron y con cierta indignación dijeron a mis oídos alérgicos
“Usted ha de persignarse y quitarse la gorra, aceptar las revisiones
correspondientes de nuestros cuerpos de seguridad, ábrase, hínquese.
Somos los auténticos héroes del presente, nos disgusta su modito de mirar
y de opinar, a nombre de los poderes constituyentes, fácticos y nacionalistas
lo declaramos sepulturero de los sueños del futuro, amén”
Epílogo.
Gran festejo del bicentenario de quien sabe qué
Francotiradores honrando la memoria de los héroes
Llevan la consigna de matar a quién les resulte sospechoso
y en extremo parecido a ellos mismos
(uno ya tiene en la mira al que recuerda como pariente lejano)
Debajo, las mareas del festejo se vuelcan contra los muros
un sin fin de granaderos caen como fichas de dominó,
El ingenio de un auténtico Mesías permitió
el menos original de los milagros
Convirtieron el agua en vino,
no por cuestiones de exhibicionismo religioso
Sino por que fueron prohibidos los accesos del elíxir dionisiaco.
Exceptuando, claro está, para los que pueden conmemorar la libertad
bajo el resguardo de la industria restaurantera a precios de bicentenario.
Trifulcas de todo tipo se desarrollan bajo el margen de la ley
Hermano contra hermano, francotirador contra un tercer hermano
Llueve desde el cielo oficial,
Los gobernantes quedaron atrapados en sus propias barricadas
Huele a pólvora, huele a libertad
Ésta última, con su debida dosis de comillas.
Viva México.
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