--¡Búscalo! Ahí debes tenerlo-- Me dijeron mis padres un día-- ¡búscalo! Nosotros te lo dimos hace tiempo…
--Pero juro que no lo tengo, tampoco lo siento-- dije tranquilamente.
Comenzaron a golpearme.
Me sacaron al sol, me desnudaron, me dejaron atado al techo, dos días y catorce horas, sin comer. Entonces, sorpresivamente lo encontré...Era el odio.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
jueves, 16 de agosto de 2012
Viernes Santo
Hay un dolor intenso en el ambiente
Esa mujer de vestidos morados
vive sin duda el más catastrófico
de los cólicos premenstruales
Mira a todo el mundo como posible culpable
de la pérdida irreparable de su mas reciente óvulo
como si el óvulo que a todos nos precede
hubiese sido más afortunado que el suyo-propio
y el dolor que en ella encarna
hubiésemos, de algún modo, que pagarlo todos
Pero el dolor del ambiente
no se debe sólo al óvulo-centrismo de los úteros andantes
Hay un dolor tatuado en las comisuras del tiempo
Uno que se advierte inquebrantable
por las deudas que no terminan de pagar los hijos
a las madres melancólicas
con toda suerte perdidas
por las misiones que sus hijos
andantes mesiánicos
erigen sobre el calvario
para la salvación del mundo.
miércoles, 18 de julio de 2012
Dosis implacable de la realidad/ La obra de Enzué
25 de diciembre, día preciso para despertar al mero estilo de Franz Kafka. De ser en apariencia humano. La vigilia nos devela el telón de la metamorfosis. Ser adulto, entre otras cosas implica una sensación de haberse convertido en insecto, haber dejado lo inminentemente sensible en el baúl de los recuerdos. Abres los ojos y te encuentras por la ventana: el tendedero de los colgados, reminiscencias de la alegría, elevadas a la fuga del horizonte.
El arte es evocador, nunca interpretable. Bajo esa licencia, evoco la sensacionalidad de la obra de Enzué. Un cóctel de color y texturas digitales, hechas al modo de los cínicos de la maestría. ¿Quién en su sano juicio no ha querido asesinar a un niño? Ese fractal con patas y ojos redondos, de acciones incansables, arrastrando el carro cósmico ruidoso por el viento; ante el vacilante entusiasmo del padre inapetente quien, distraído a cada rato, mira la pantalla del mensajero celular. Observar a ese niño en la vigilia, es la conciencia de lo irrepetible, irreversible, perdido. The emotions from the cold uterus. Es la forma de odiar la felicidad por su origen irrescatable de lo estricto y lo puro. Sin embargo, bajo la genialidad de la sublimación del artista, la posibilidad de recobrar la dicha, mediante el asesinato de la melancolía; pasa por algo bondadoso y hasta humano, por delirantes inspiraciones de la ternura perdida, con un toque ligero de acidez y dos ramitas de veneno.
“Colgados” es, a mi modo de ver; la cúspide del sentido conceptual de esa exploración de la infancia, que no de lo infantil. Un desfile de fetiches vudú, que van marcando la trayectoria de las distintas muertes a causa de la vida cotidiana; de las obligaciones que vienen anunciadas por el horizonte de una ciudad hambrienta de sangre. Pero también de las infancias perdidas de la humanidad entera, la repetición de los anhelos icareanos, aspirando a la transmutación de la implacable energía solar, que derrite las espaldas donde crecen ilusos y débiles los retoños de unas alas adheridas obsesivamente con cera, para escapar del laberinto. Tantos intentos de ascenso, como retroproyección a lo infantil, puestos a secar en el tendedero de los “colgados”; obra excepcional de Enzué.
Carlos H. Vázquez
México, Exposición Valkah. Colonia Roma. D.F.
Julio de 2012
sábado, 7 de julio de 2012
Los vuelcos de lo perenne
Cómo están las mañanas verdes/
Verdes/
a pesar del suicidio colectivo/
de los ojos hiperrealistas./
Cómo están tus párpados semicerrados/
Tu idea de lo eterno y lo verdadero/
Verdes pensamientos del delirio/
Al que nos sujetamos/
en compra mutua de membresías a perpetuidad./
Verdes las caricias/
los círculos de saliva intrauterinos/
la idea de la sagrada familia./
Verdes con tendencias al rojo/
(a fe de los románticos y la tribuna ociosa del olimpo)./
Verdes con tendencias al amarillo/
(a protesta chillona de los inspectores de luz y los relojeros)./
Nos ahoga el grito de nosotros,/
la luz líquida bajo la contracción de los ojos./
Nos asfixia la aurora/
los flujos interrumpidos por falta de agua y alimento./
Verde, lejano amenazante se aproxima a su extinción./
El grito del vendedor del hambre en preludio/
para consuelo de los cautos/
lleva a la Irrupción./
Ahora:/
el a m a r i l l o.
lunes, 16 de abril de 2012
Exposición "Iris Indigente de lienzo y papel"
La presente exposición aloja un par de expresiones ejemplares del quehacer actual del arte. Miradas singulares, cuya característica crítica, juguetona, ácida; no es común en un país de formas sin fondo. Distintas en sus medios y lenguajes, pero que llegan a rozarse en uno o más perfiles del polígono irregular que cada cual propone. No obstante, la predicción del nulo acceso al mercado de la decoración, en ambas circunstancias se percibe el gozo de saberse bendecidos por la nodriza urbana, de esa vida que sólo se da en las calles noctámbulas; nutriendo al ojo indigente de exquisitas alucinaciones chamánicas y proféticas.
Kalitzin (Diseñador Gráfico), representa la alquimia en su etapa riesgosamente cercana a la química moderna, donde la magia pareciera dejar de ser el ingrediente principal; asomando en forma sutil, sin ceder fácilmente a la idea de la producción funcional del carbono. Estaciona sus artificios en maneras cuidadas, en el acertado manejo del instrumental tecnológico de la más resonada vanguardia; pero con una maestría particular en su expresión, encuentra las formas de lo imposible. Si existieron artistas visuales concentrados en la representación del alquimista, del chamán, de la bruja; a Kalitzin le despreocupa el hacedor, para concentrarse en el brebaje, beberlo, catarlo y describirlo en su forma exacta dentro de la presente y alucinante selección.
CAheVA por su parte; pone en la atmósfera delirantes planteamientos (parte sociales, parte metafísicos), es un pintor de una acidez fluctuante: entre la despreocupada tergiversación de la forma y la tramposa dulzura del color. El ojo espectador, es un insecto polinizador que cae sobre la miel de una planta carnívora. Participa a voluntad (aunque no del todo), en una seducción primaveral, cuyo contenido va revelándose plano por plano, asfixiando la posibilidad de retorno al sitio del confort; mediante contenidos lúgubres con temas invernales, que desechan la esperanza de la reedificación de la vida. Todo es mentira hasta que deja de serlo, todo deja de ser una chocante afirmación, para convertirse en una pregunta y otra al espectador, para incluirlo, para meterlo en una dinámica interactiva de lo que acontece. Una renuncia al hiperrealismo, si; pero acaso una forma de construir lo multidimensional, con posibilidades de rebasar la limitada realidad de los sentidos.
De los sueños, de la reinterpretación de cuadros de la prehistoria, de la representación de la existencia humana en su proyección futura, CAheVA nos proporciona, una selección para ser leída en muchos parpadeos continuos.
México, Abril de 2012
miércoles, 11 de enero de 2012
Terapia para una mujer divorciada
Puedes conseguir un pintor
de esos que llueven en época de estrellas.
Le das elogios de la valentía
y de la transpiración sin pan.
Regálale colores para el cuerpo
y delirios electrónicos para ojos
(dinero, no).
Puedes llevarlo al colérico encuentro con tu pasado
apagar la luz para que pinte tus gemidos púrpuras
y deslumbrarlo con fuegos de cacao.
Puedes atormentarlo con el consejo de proseguir
de quedarse varado a la voluntad del placer
asistirle con pezones de convalecencia
y desnutrirlo de dolores fraternos.
Puedes soñar con sus viajes al mundo invertebrado
succionarle el alma y aprender a manar del calidoscopio.
Puedes comprar las retinas del ciego
desvelarte en consustancialidad de un agónico desnudo.
Puedes llevarlo contigo a la renuncia del purgatorio
delirar que se trata de averiguar la magia.
Puedes pagar la cuenta de la habitación 312
y pedir que le entreguen una nota al salir
cuando despierte de la irreparable muerte.
Puedes hacer de cuenta que nunca pasó,
diluir en los nuevos vicios adquiridos
los archivos del registro civil
de los nacidos en 1973.
Puedes olvidar la sección de estadísticas
correspondientes a las notas de pasiones extintas
y entonces, llena de júbilo
acariciar la sorpresa de aprender a mirar
de una vez para siempre.
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Imagen: "Mujer pescando" por Caheva Pintor
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